El contexto en el que nos desarrollamos está tan impregnado de sesgos, normas sociales y expectativas, que resulta imposible pensar que no interfiere en nuestra educación, nuestras decisiones y por consiguiente, en nuestro futuro.
En España, de los 1.633.358 estudiantes matriculados en el curso 2019/2020 un 55,3% fueron mujeres. Llama la atención la desigualdad de género en los Grados de la rama de Ingeniería y Arquitectura donde solo el 25,1% de matriculadas eran mujeres (Informe Datos y Cifras del Sistema Universitario Español de 2020- 2021, del Ministerio de Universidades)
Quienes trabajamos en el ámbito de la tecnología y nos preocupa la baja presencia de mujeres en este sector, llevamos años preguntándonos ¿Cuál es la causa de que no haya más mujeres optando por carreras STEM? ¿Por qué no se sienten atraídas ? o incluso, ¿Qué ocurre en sus contextos de socialización para coartarlas?
¿Por qué nos faltan mujeres en STEM?
La UNESCO también se hace eco de la problemática global a través del informe “Descifrar las claves: la educación de las mujeres y las niñas en materia de STEM” donde señala que solo el 35% de los estudiantes en carreras STEM de educación superior son mujeres y únicamente el 3% de las estudiantes de educación superior realizan estudios TIC.
Resulta fácil encontrar informes y artículos que expongan esta situación de desigualdad cuanto menos alarmante, en cambio: “¿Por qué es tan difícil encontrar la causa?”
Quizá, la causa que tanto ansiamos se encuentre en que no existe una causa única, sino que esta falta de igualdad de género en las aulas es resultado de una sumatoria de muchos pequeños condicionantes que tenemos integrados en nuestro día a día. Nuestras decisiones están marcadas por un aluvión de micro sesgos que recibimos de manera sigilosa a lo largo de nuestro camino.
Estos condicionantes, aunque puedan pasar desapercibidos, tienen una fuerte influencia en elecciones de gran relevancia en la vida de mujeres y hombres y por ende, en cómo nos presentamos ante la sociedad. Por ello, vale la pena detenernos y dedicar unos minutos a traer a la superficie los sesgos inconscientes y analizar hasta qué punto podemos tenerlos incorporados.
Decisiones sesgadas para un futuro sesgado
Los sesgos inconscientes son suposiciones, creencias o actitudes adquiridas de la que no somos necesariamente conscientes, pero tenemos. Desde una perspectiva más científica, los sesgos son herramientas útiles de la parte funcional de nuestro cerebro para procesar información más rápido. A pesar de ello, al estar condicionados por nuestra cultura y contexto, pueden reforzar estereotipos y limitar nuestras decisiones.
Por tanto, si los sesgos construyen en nuestro subconsciente actitudes y estereotipos que influyen involuntariamente en la forma en la que pensamos y actuamos, estamos afirmando que influyen indirectamente en nuestro futuro.
¿Cómo impacta este fenómeno en las aulas? A pesar de que la mayoría de las carreras universitarias resultan atractivas para ambos sexos, los estudios profesionales STEM son territorio poco demandado por las chicas. En estos, destaca la ingeniería informática como una de las menos atractivas para ellas. También, llama la atención que en la rama de Ciencias de la Salud en el curso 2019-2020, en España, había solamente un 29,2% de hombres matriculados (Datos y Cifras del Sistema Universitario Español de 2020-2021)
¿Podríamos decir que los sesgos de género que adquirimos a lo largo de nuestro desarrollo interfieren en nuestras vocaciones de futuro?
Nos preguntamos: ¿Vemos en el mundo lo que nos gusta? o ¿Nos gusta lo que vemos en el mundo?
Cómo evitar sesgos inconscientes
Todos tenemos sesgos adquiridos, sí, pero podemos trabajar para evitar los inconscientes. Para ello, primero es importante entender por qué es necesario hacerlo.
Los sesgos son enemigos de la diversidad, la equidad y la inclusión y por tanto, de las oportunidades.
El simple hecho de querer trabajar nuestros sesgos, nos hace conscientes de que los tenemos. Así, es más fácil hacer introspección y determinar cuáles de nuestros sesgos son de utilidad, cuáles nos ayudan y cuáles discriminan. Saber diferenciarlos nos ayudará a cambiar nuestra forma de pensar y a reducir las situaciones de desigualdad y exclusión social.
Evitando los sesgos inconscientes, conseguiremos mirar a nuestro entorno y analizarlo desde un prisma que entiende la única sociedad libre y justa como aquella en la que todos sus miembros, independientemente de su sexo, raza o cualquier condición social o identitaria, pueda tener las mismas oportunidades de participación en sociedad.
Las mujeres en el futuro de la tecnología
Aunque pueda sonar exagerado, si te preguntas “¿Los sesgos nos están robando oportunidades?” La respuesta es “sí”.
Entendiendo que el futuro laboral, y el presente, pasa por carreras STEM, estos sesgos alejan a las mujeres de los beneficios de participar de la fuerza laboral de los próximos años y por lo tanto de la posibilidad de tener un rol de mayor impacto en la sociedad.
Si la tendencia no se revierte y las mujeres no se incorporan poco a poco al trabajo STEM la voz femenina quedará excluida en áreas de gran impacto social, como es la tecnología. Aunque esto pueda sonar a “concepto amplio y ambiguo”, si lo bajamos estamos hablando de que si las mujeres no están presentes, su perspectiva y sus necesidades no serán tenidas en cuenta en el desarrollo de productos, servicios y espacios de los que ellas también serán consumidoras.
Además, la igualdad de oportunidades para desarrollarnos profesionalmente y prosperar en carreras STEM ayuda a reducir la brecha salarial de género, y por consiguiente, diferentes sesgos discriminatorios, ¿Cómo? Erradicando la distribución desigual de género en trabajos menos remunerados.
Por ello y por muchísimos más motivos, animamos a pasar a la acción y revertir la baja presencia de las mujeres en STEM, empezando por revisar cómo contribuimos a amplificar los micro sesgos que planteamos en este artículo y cómo entre todos condicionamos a través de ellos las decisiones de los más jóvenes. Quién sabe, quizá empezando por aquí, en un futuro ya no necesitemos preguntarnos “¿Qué pasa con las mujeres en STEM?”
Si el objetivo de la tecnología es facilitar la vida de todxs, que una vida sin sesgos facilite el futuro de la tecnología.