Privacidad y nuevas tecnologías. ¿Dónde está el límite?

En la actualidad damos a conocer a través de Internet, y en muchas ocasiones sin ser conscientes completamente, muchos datos y contenido personal. Cuando visitamos diferentes páginas web, en el momento en el que aceptamos las cookies, se envía información del usuario, como por ejemplo los hábitos de navegación.

Por otro lado, nos encontramos con todas esos sitios web donde realizamos un registro. Es aquí donde otorgamos datos personales tales como nombre y apellidos, dirección de correo electrónico, fecha de nacimiento, etc. Y en casos de redes sociales como Facebook o Instagram, también incluimos material multimedia ─fotografías, vídeos, etc─. Por tanto, nos encontramos una tesitura en la que las empresas que están detrás de estas aplicaciones y sitios web tienen almacenados todos nuestros datos. La evolución de la tecnología y del uso de Internet ha llegado a un punto en el que se ha tenido la necesidad de regular la privacidad de las personas.

Ley de protección de datos

A causa de la evolución tecnológica, a nivel europeo surgió una nueva legislación que ayudaba a controlar el uso que se le daba a los datos que los usuarios cedemos a las empresas. Esta ley ─RGPD; Reglamento General de Protección de Datos─ se basa en otorgar a los ciudadanos de la Unión Europea unos derechos para proteger sus datos, controlando el uso que las empresas harán de ellos, pudiendo revocar su consentimiento. Por tanto, se tendrá que notificar a los usuarios siempre que se produzca una cesión de datos, sin presuponer este hecho, al igual que avisar del uso que se harán de dichos datos.

Estas rigurosas acciones las tendrán que llevar a cabo las diferentes empresas por tal de evitar sanciones y así cumplir de manera óptima las directrices fijadas.

Problemas más comunes

En el momento en el que cedemos nuestros datos personales a terceros, podemos sufrir algunos de los problemas que esto puede conllevar.

  • Spam. Al facilitar nuestro correo electrónico puede suceder que las empresas comiencen a bombardearnos con envíos publicitarios. Esto es uno de los aspectos que la RGPD ampara, ya que el usuario en este caso puede revocar su consentimiento de manera legal para no recibir más información a través de correo electrónico, por ejemplo.
  • Venta de datos. Este tipo de acción es ilegal, y hay empresas como por ejemplo Facebook que han sido juzgadas por escándalos relacionados con la venta de información personal a otras empresas, extraídos de sus propias bases de datos.
  • Robo. Ninguna compañía puede asegurarnos en su totalidad que al entregar nuestros datos, estos vayan a quedar a buen recaudo. La innovación tecnológica y  el uso de nuevas herramientas digitales también han propiciado la aparición de ciberdelincuentes, los cuales podrían llegar a acceder a nuestros datos personales en caso de atacar alguna entidad de la que nosotros seamos clientes. Normalmente, los datos más sensibles en este caso suelen ser métodos de pago en plataformas de e-commerce.

¿Dónde está la ética?

Para reflexionar sobre los comportamientos éticos, se utilizarán unos casos de ejemplo.

  1. Inteligencia Artificial en general. La cual puede suponer un problema, puesto que el machine learning, motor que nutre la inteligencia artificial como tal, se basa en el procesamiento de datos. Por tanto, gracias a la RGPD, se delimitarán la información que utilizará para la evolución del sistema de inteligencia artificial.
  2. Asistentes virtuales. En muchos hogares se están utilizando dichos asistentes virtuales para llevar a cabo funciones domóticas, o por mera comodidad digital ─reproducción musical, avisos y recordatorios, etc─. Empresas como Google ─Google Home, Google Assistant─ o Amazon ─Alexa─ comercializan sus propios asistentes. La controversia apareció cuando tanto Google como Amazon dieron a conocer que sus gadgets procesaban conversaciones que posteriormente escuchaban personales reales de la compañía, con el objetivo de comprobar que las peticiones de los asistentes estaban gestionadas de manera correcta. Por su parte, Amazon acabó posibilitando desactivar esta función ─escucha humana─ y Google añadió unos indicadores para saber cuándo se estaban grabando nuestras conversaciones. A pesar de ello, las empresas se escudan argumentando que todo tipo de escuchas es para una mejora del sistema.
  3. El caso de Facebook y Cambridge Analytica. Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, tuvo que testificar ante el senado de los EEUU por el escándalo de Cambridge Analytica, una empresa británica dedicada al análisis y minería de datos. Dicha empresa utilizó datos procedentes de la propia Facebook ─de más de 50 millones de usuarios─ para sus actividades comerciales. Por tanto, la compañía de Mark Zuckerberg facilitó de manera indirecta muchísima información personal de sus usuarios, cometiendo errores en cuanto a la privacidad de los datos se refiere, y participando indirectamente en el uso que se dio a posterior a la información extraída de los perfiles. Finalmente, la red social se vio multada con 5.000 millones de dólares, impulsada en materia de privacidad.

Estos son únicamente unos ejemplos en los que las empresas utilizan nuestros datos personales para su beneficio. Con las nuevas regulaciones se intentarán reducir las malas praxis, pero conforme pase el tiempo y la tecnología avance las medidas regulatorias deberán actualizarse, al igual que está pasando actualmente con el tema de los asistentes virtuales, el análisis de datos y todo lo relacionado con la información y la privacidad en Internet.

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