¿Están los equipos preparados para esta transformación digital?

La transformación digital (TD) es una lucha de poder. Las altas esferas de las empresas no están enfocando con liderazgo y decisión los cambios que las organizaciones necesitan.

¿Qué no es transformación digital?

El mero hecho de invertir en tecnología no es transformación digital. Digitalizar una compañía no consiste en trasladar lo que se estaba haciendo offline a canales digitales, sino en repensar por completo su oferta, teniendo en cuenta qué es lo que necesita el consumidor. Supone un cambio cultural profundo, buscando el modo de operar de forma más eficiente.

La transformación digital es una lucha de poder. Las altas esferas de las empresas no están enfocando con liderazgo y decisión los cambios que las organizaciones necesitan. Esto hace que sus propios negocios fracasen una y otra vez a la hora afrontar esta metamorfosis. Los cargos medios son los que reciben la ardua tarea de acometer estos cambios con las manos atadas por dos importantes premisas. La primera, y probablemente la más importante, no tienen poder real de decisión, por lo que sus decisiones son meramente “opinativas”. Y en segundo lugar, e igual de preocupante, es que no pueden, o no deben, decir que no a lo que se les impone desde arriba, aunque sepan a ciencia cierta que esas órdenes están mal encaminadas. Por ello, destacaría como lo más importante, el gran deber que tenemos todos, de  realizar un coaching/trainning previo para preparar a los equipos en todos sus niveles y en todas las jerarquías.

Debemos ser valientes y estar seguro de lo que realmente tenemos conciencia.

Es notorio y público que uno de los conceptos que más se asocia a la transformación digital es el del miedo. El temor a cambiar. Un informe realizado por PwC indica que el 66% de los altos cargos de los consejos de administración reconoce que deberían dedicar más tiempo a asuntos relacionados con esta materia, tales como la ciberseguridad o los peligros tecnológicos. Otra vez el miedo. Los líderes tradicionales temen evolucionar y el riesgo tecnológico que conlleva dicha evolución. Sin embargo, la principal inquietud debería ser otra. Las empresas deberían preocuparse por no desaparecer ya que, como indica el informe Digital Vortex: ”How Digital is Redefining Industries”, la transformación digital desplazará del mercado al 40% de las empresas.

Apostemos por la cadena humana

Los altos cargos de las empresas deben demostrar su valía en materia de liderazgo, estando dispuestos a adaptarse al mercado 3.0; a delegar en sus cargos medios más jóvenes y a involucrar a la plantilla para que afronten esta transición con optimismo y no con incertidumbre. En los tiempos convulsos que corren, de cambios cada vez más grandes y más rápidos, la tecnología pondrá a prueba el valor de la cadena humana de las compañías. Esta es la palabra que no se puede dejar fuera de la ecuación: la cadena humana. La transformación digital tiene que más que ver con las personas que con la tecnología, ya que son ellas las que permiten, o no, que se realice la transformación.

Los modelos jerárquicos

Uno de los principales requisitos para acometer con éxito la revolución digital es ser más rápidos y ágiles para adaptarse a las nuevas reglas del mercado. Cuanto más rígida y jerárquica sea la cadena de mando, más complicado va a ser que la alta dirección se involucre en los procesos digitales y, por tanto, más difícil será que el personal encargado las lleve a cabo. Si la información no fluye y las directivas se niegan a asumir el liderazgo que les corresponde en el cambio digital, generarán un ambiente laboral incómodo para los cargos medios que sí saben cómo realizar esta transformación.

En España hay un serio problema de liderazgo. Esto se traduce en ambientes laborales poco flexibles, que no se preocupan por los empleados, ya que no los hacen sentir valorados o útiles. Si los cargos medios y las plantillas no son capaces de ver las ventajas de la transformación digital, tanto a corto como a largo plazo, no creerán en el cambio y no se sentirán respaldados por sus directivos, disminuyendo su confianza en sí mismos. Una empresa con jefes que no lideran, con una plantilla infeliz y con directivos de perfil medio frustrados está destinada al fracaso y no conseguirá el cambio que desea.

Tolerancia al fallo  (Sin miedo, por favor)

La Transformación Digital está fuertemente ligada a la innovación. Para ser innovador se necesitan dirigentes que estén al servicio de las personas, que potencie la colaboración humana y que haga sentir seguros a los trabajadores. Un error común en este área es el castigo al error, la poca tolerancia al fallo. El castigo inflexible no ayuda a la transformación digital. En todo camino innovador y original hay que ser menos severo con los errores. Un empleado, directivo o líder que sabe que puede equivocarse, aprender de ello y no ve mermada su confianza, será más efectivo en la senda de la transformación simplemente porque se atreverán a probar, se arriesgarán a hacer las cosas de forma diferente. Sin miedo.

No se va a conseguir avanzar y evolucionar si los directivos y mandos medios no se alinean para formar una jerarquía circular y colaborativa. Que la empresa tenga éxito y se adapte al cambio de reglas del mercado depende de todos los miembros de la empresa.

¿quién dicta este cambio de reglas?

El usuario. Son las personas, tanto dentro como fuera de la empresa, quienes determinan qué les aporta valor y cuál es el producto en el que quieren gastarse su dinero. Esto cada vez cambia con más frecuencia y de manera más rápida, por lo que las compañías deben volcarse en la transformación digital con el único objetivo de hacer felices a sus trabajadores y así consecuentemente enamorar a sus clientes.

Con todo los que he comentado y a lo que nos interesaba saber desde un principio:

¿Están los equipos preparados para esta transformación?

El reto de la transformación digital de las empresas es el reto de la transformación digital del equipo humano.

Las competencias digitales que todo profesional debe tener -empezando por el CEO-  para afrontar el proceso de transformación digital son:

  • Conocimiento digital: Capacidad para desenvolverse profesional y personalmente en la economía digital, es decir, tener un entendimiento profundo del entorno digital.
  • Gestión de la información: Dado el volumen de información existente -y no siempre exacta y veraz- es clave tener una visión crítica en entornos digitales. Esto supone habilidad para encontrar, evaluar, organizar y compartir información en contextos digitales, teniendo en cuenta, además, la ciberseguridad y la legislación sobre gestión de datos.
  • Comunicación: Competencias para comunicarse, relacionarse y colaborar de forma eficiente con herramientas y en entornos digitales.
  • Trabajo en red: Se refiere al trabajo colaborativo o cooperación en entornos digitales. Esta habilidad potencia la tradicional competencia de trabajo en equipo e implica ser capaz de conectarse, compartir y construir conocimiento de forma conjunta, fomentando el intercambio de opiniones e ideas innovadoras.
  • Aprendizaje continuo: adquirir nuevos conocimientos digitales de forma constante para estar al día en la utilización de nuevas tecnologías.
  • Orientación al cliente: Actualmente el consumidor  o usuario tiene más canales de información y posee más poder de decisión. Busca estar cada vez más conectado, interactuar más y confiar en la marca que le proporcione fidelidad. La orientación al cliente supone capacidad para entender, comprender, saber interactuar y satisfacer las necesidades de los clientes en contextos digitales. Hay que potenciar la atención al cliente en entornos digitales (a través de chat online, redes sociales…), proporcionando la respuesta que necesita, de forma inmediata y concisa.
  • Liderazgo 2.0: El profesional con la competencia de liderazgo en red es capaz de fomentar, impulsar y facilitar la utilización de herramientas digitales para la consecución de objetivos y resultados.
  • Visión estratégica: Capacidad para comprender cómo la tecnología ayuda a conducir al crecimiento empresarial, modificando la forma de actuar en los mercados. Requiere, además, capacidad para identificar tendencias, medir la evolución y resultados de la implantación de cambios a nivel digital y saber aplicar las correcciones necesarias para una mejora constante.

Tiempos de “CO”

Co-creación, Co-working, Co-operar, tiempos de inteligencia colectiva e interactividad, la generosidad y la colaboración son un valor en alza.

Son tiempos de innovación y de cambio en los que necesitamos altas dosis de creatividad, intuición y como yo siempre defiendo, de serendipia y de dejarse fluir. Provocar el cambio en las organizaciones también requiere de una actitud intraemprendedora y proactiva muy orientada a resultados de estar absolutamente convencido de que “Es uno mismo quien tiene la responsabilidad de actuar”.

¿Consideras que estamos capacitados para afrontar el reto de la transformación digital?

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